Testimonios

Testimonios del día a día en el Carmen

Aquí encontraréis testimonios de vecinos y vecinas del Carmen que cuentan, cada uno a su manera, sus vivencias frente a los cambios que vienen sucediéndose en el barrio.

Se trata de entrevistas, algunas tomadas mediante vídeo, otras resumidas y transcritas por motivos de anonimato a petición de los entrevistados. También imágenes de otro tipo de testimonios, realizados de forma pública y colectiva.

 

Manifestación pública «Ciutat vella no está en venda»
junio 2017

«Ciutat Vella deu ser una zona residencial i comercial en un ric entorn patrimonial»

Promovida por la red Entrebarris y colectivos vecinales, una manifestación satírica de «turistas», recorrió las calles del Carmen, Velluters y Mercat para protestar por la «turistificación» del centro histórico y criticar al Gobierno local por olvidar a los residentes

José, vecino desde 1988
noviembre de 2017, en la sede de Amics

“Es turismo masivo todo el año..”

José es la primera persona que entrevisto para este proyecto de investigación. Desde su punto de vista, el turismo masivo tiene impactos fuertes negativos sobre el barrio aparte de inquietar a sus vecinos.

María, vecina desde 1995
marzo de 2018, en el Café Museu

«El turismo nos va despoblando un poco nuestra identidad..»

Mientras nos estamos tomando un café, María me explica que desea un barrio abierto y multicultural. A la vez, insiste en una buena regulación del turismo para que no cause más expulsiones de vecinos o la desaparición del comercio tradicional.



S: ¿Qué significa el barrio para ti?
M: Pues, para mí es todo. Este barrio es como si hubiese una ciudad. Para mí es la gente que vivimos aquí, los vecinos, todos los que nos conocemos. Es un barrio cultural.

S: ¿Qué opinas del turismo?
M: El turismo lo veo súper necesario. Lo que no veo es la masificación turística, no se está enfocando bien desde los políticos, el gobierno, ósea el gobierno municipal. El turismo no puede pasar por encima de los derechos de los residentes. Eso para mí es básico.

S: ¿Cómo te afecta el turismo en el día a día?
M: Los turistas no me molestan, me molesta el fenómeno de turistifación. Cuando voy al mercado central, sí que es verdad que antes iba y podía comprar en medio hora, pero comprar todos los productos que necesitaba pero ahora está todo lleno de, cuando vienen los autobuses o los barcos grandes.
Y, por otra parte, me afecta porque han echado un montón de gente, amigos míos, un montón de gente conocida que vivía en el barrio que lleva más de 7, 8, 9 en el barrio y los están echando. Y aquí en mi calle, lo mismo. Los vecinos, mi vecina tiene 80 años, la quieren echar. Su hijo tiene 40, tiene dos hijos menores, lo quieren echar, a mi otro vecino Carlos también, a su hermano también. Hay una finca, ocho pisos que echaron poco a poco a los vecinos que eran de alquiler pero que eran de toda la vida. Gente que vivía aquí, gente joven con proyectos, gente mayor que vivía.
El turismo nos va despoblando un poco nuestra identidad. No queremos cerrar el barrio al turismo, pero sí que se tiene que regularlo de alguna manera los apartamentos turísticos y protegerle al vecino de toda la vida. También oigo mucha la voz de mis vecinos que son gente mayor que no saben ni leer y les quieren echar y están asustados.

S: ¿Cuál es tu experiencia con los apartamentos? Ósea conoces algunos cerca de ti?
M: Aquí, en todas fincas hay. Crea problemas con los demás vecinos porque no se cumple el respeto al descanso, al civismo. Sí que es verdad que hay gente que está empezando a poner una declaración de civismo de moda propia para que los inquilinos no hagan fiestas a las 3 de la mañana y que respetan el derecho al descanso del vecino.

S: ¿Te relacionas con los turistas cuando los ves?
M: Sí. Claro. Soy una persona muy abierta, multicultural, a todo. El planeta es multicultural. No se trata de un problema de encontrarse con el turista como personas físicas, se trata de la turistifiación en general. El turista que viene a disfrutar de la ciudad, estoy orgullosa de tener la ciudad que tenemos. Es una ciudad bonita, una ciudad con el clima que tiene, con su historia y es de mucho agrado que vengan a conocernos. Lo que pasa es que el problema es institucional, político y social. Claro, nos ha pillado de golpe, a todos.

S: ¿Qué cambios concretos te gustaría ver para el barrio?
M: Primero, que no hubiese ninguna licencia más para apartamentos turísticos en edificios mixtos. Queremos que en este barrio se vuelva a recuperar el tejido residencial, que haya panaderías, zapaterías, pequeño comercio porque pequeño comercio hay muy poco. Es todo restaurantes, perfecto, me encantan, pero tiendas no hay.

S: ¿Piensas que los residentes se benefician del turismo?
M: No, ahora mismo no porque no se está reinvirtiendo nada en lo que es conservación de los barrios y en residentes. Y a nivel económico no se está notando nada. A nivel económico, igual lo notan las tiendas de bicicletas que estas de bicicletas tenemos un montón. Yo  no noto nada. Lo único que noto es que es todo más caro.

S: ¿Has considerado alguna vez irte del barrio?
M: Jamás, jamás, jamás. Este es mi barrio y no me echarán.  Es como que te sientas como que es tu corazón, sientes que aquí tienes tu vida entera, tus amigos, ¿sabes? De hecho, han venido a tocar a mi puerta dos chicos a preguntar si vendo mi piso y he dicho que no porque este es mi barrio. Desde que llegué, me enamoró. Me enamoró la vida que tenía, la cultura que tenía, toda la gente que vivía aquí y sigue así. No, no, jamás, jamás.

S: ¿Tienes unas últimas palabras que decir?
M: Me gustaría que se respetase al residente, que los precios no fuesen tan caros, que se acabe con la especulación urbanística y con la especulación inmobiliaria y que no hagan negocio los de siempre, los mismos. El turismo siempre sí porque es súper importante, sobre todo en el barrio pero la gentrificación no, que echan a la gente de sus casas. Y más colaboración ciudadana porque siempre somos, entre comillas, los mismos que estamos siempre por ahí. Que la gente se implique un poco más y los políticos también, claro, que nos escuchen. Que nos escuchan a nivel personal y a las asociaciones, las que pueden intentar cambiar algo porque si no, estamos solos.

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Manifestación bajo el lema ‘Soterrament de Ciutat Vella’
noviembre de 2017, Ciutat Vella 

«¡Estamos contra la expulsión de los vecinos!» 

En noviembre se celebró el entierro simbólico del barrio para advertir la expulsión de sus vecinos, causados por el modelo turístico de la ciudad. A lo largo de un recorrido por Ciutat Vella, se colocaron carteles en las paredes en los lugares donde viven vecinos en peligro o donde ya habían sido expulsados. El ambiente era casi un poco emblemático.

Josep, vecino desde 1961
diciembre 2017, en casa de Josep

“Cualquier especialización en un barrio es mala..»

En la entrevista Josep destaca la importancia del concepto del equilibrio. Según él, en los barrios debería haber todo tipo de negocio y servicios públicos para que una ciudad pueda mantener su naturalidad y autenticidad.

Alba, vecina temporal desde 1996
Marzo de 2018, en el despacho de Alba

«Es la sensación de ser un extranjero, de repente, una extranjera..»

Sentadas alrededor de la mesa de despacho, Alba me habla de la codicia que convierte todo el barrio en negocio. Según ella, un elemento fundamental en esta trasformación es la venta del espacio público a empresas privadas ya que sin espacios comunes no se podría crear lo común.



S: Qué significa el barrio para ti? Por qué vives aquí?
A: El barrio, yo creo, es un lugar que tiene memoria. Es la parte de la ciudad en la que me gusta vivir porque conserva, cada vez menos, un sabor y un poco de esa memoria de la ciudad desde el sonido de las campanas, el pequeño comercio que ya no está, a gente que por la proximidad se conoce y, luego pues, arquitectónicamente es muy bonita. Es como el corazón de la ciudad. Lo que pasa es que es algo que está amenazado. Es una memoria que está amenazada.

 

S: ¿Qué opinas del turismo?
A: Que la gente viaja y conoce otros lugares me gusta hacerlo. Es algo que me parece deseable, a mí me gusta hacerlo. No creo que el problema sea el turismo sino la forma de entender el negocio turístico o como el turismo se convierte también en un negocio a costa de lo que sea.El turismo no es un sector económico solo porque genera efectos, efectos importantísimos en los lugares de acogida. Yo puedo cargarme la costa española y puedo presumir al mismo tiempo de que he tenido un número de visitantes altísimo pero me he quedado sin costa. Hay un punto ahí de codicia. Nos han visitado tantos millones o el turismo ha crecido, pero quién se ha beneficiado, ¿de qué manera? Porque no hay trabajos más precarios que los trabajos de hostelería. 

S: ¿Qué cambios observas en el barrio, relacionados con el turismo?
A: Los apartamentos turísticos en una deriva muy salvaje. Los apartamentos turísticos que exponencialmente han crecido, ocupando edificios enteros, ocupando plazas de aparcamiento y generando cambios también que tienen que ver con los negocios que se cierran, pequeño comercio que estaba apuntando a gente local. Es convirtiéndole en ese parque temático que da igual si esté en el Trastevere de Roma o en el centro histórico de Valencia. Es haciéndolo muy homogéneo. Entonces, la trama, la sensación de ser un extranjero de repente, una extranjera.

Y luego, cuando viajas, ves que es algo que se está dando en cualquier lugar. Entonces da igual ya viajar porque te encuentras eso. Se trata un poco de envilecer, de degradar también el turista. Ya no es ese viajero que quiere encontrarse con algo distinto sino le das eso, que parece que quiera consumir pero no creo que el problema sea la turistificación sino eso que desde la economía feminista se llama el conflicto capital vida. El capital ha decidido seguir mercantilizando espacios, entonces si permites una ganancia, da igual que el barrio tenga que tener sabor y memoria para algunos. Eso no tiene valor frente a las demandas organizadas de los que sí que quieren sacar provecho de estos espacios.

S: Qué cambios te gustaría ver para el futuro del barrio?

A: Me gustaría que, por ejemplo, el espacio público de las plazas fuera público. Que las plazas no estuvieran enteramente ocupadas por el negocio de algunos bares y algunos restaurantes. Recuperar las plazas, habitar las plazas, que no las habitamos, que nos encerramos en nuestras casas. Otra cosa es el tema de los apartamentos turísticos. Un límite también a la apertura de locales de ocio, intentar que no fuera sólo un lugar donde la gente va y bebe, ósea, una paella sino que hace otras cosas. Entonces, se tendría que regular también todo lo que hace referencia a las licencias de bares y restaurantes e impulsar la apertura de otros espacios que no fueran necesariamente definir el centro histórico como un lugar de ocio y hostelería pero eso requiere una política municipal y un discurso valiente que no tienen. Que no tienen y que no han querido ejercer y como el neoliberalismo se apoya en la desregularización total.

S: ¿Quieres añadir algo más?

A: Pues, al volver, al responder a las preguntas, no sé, lo que me viene a la mente es lo que estamos diciendo todo el tiempo, el tema de cambiar los umbrales de sensibilidad. Me parece que eso es importantísimo que unas cosas cotidianamente no las vemos normales. Eso tiene que ver con entender que la ciudad es tuya y que no es normal que te expulsen. Entonces, eso me parece grave. Conozco a gente que se ha ido y que piensa que ser expulsado e irse es lo más normal del mundo y que no se puede hacer nada. Entonces, yo me quedo con la pregunta de cómo seguir cambiando eso y luego me sirve para pensar que el problema no es la hostelería sino perfilar más eso que he llamado codicia que es una especie de bucle salvaje o de espiral neoliberal. Claro que no está mal un vuelo pero tantos apartamentos, tantos aeropuertos en cada ciudad trasforman. Ósea, hay un punto de locura y de extractivismo a nivel planetario que es el que hace que todo sea una devastación más. Creo que ni procede hablar de turismo porque es negocio puro y duro. Es capital puro y duro.

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Manifestación a las puertas de Les Corts
mayo de 2017, Ciutat Vella 

«Esta llei ens tira de casa»

Mientras el texto se debatía, a las puertas de Les Corts la red Veïnat en Perill d’Extinció ha realizado una acción de protesta alertando de que esta ley «puede tener consecuencias negativas en el acceso y el mantenimiento en las viviendas de muchos vecinos si no hace frente a los apartamentos turísticos

Flavia, vecina desde 2003
diciembre de 2017, en la sede de Amics

«Lo que pediría es educación..»

En esta entrevista, Flavia nos habla de sus experiencias relacionadas con la trasformación del barrio, demostrándose sobre todo en un aumento de ruido y desorden en la calle. Destaca la importancia de encuentros entre residentes y turistas marcados por el respeto mutuo. 



S: ¿Puedes contarme cómo ha evolucionado el barrio desde que vives aquí?
F: Pues sí. La verdad es que era más tranquilo y se ha desmadrado, hablando así. Era tranquila, era agradable y ahora no, es insufrible.

 

S: ¿Podrías concretarlo o definirlo o hablar de algunas experiencias que has tenido?
F: Pues, por el ruido, digamos. Te metías en casa, estabas a gusto, había gente pero si la gente pasa y vuelve y va hablando no pasa nada pero ahora hay instalaciones de músicas desde la mañana hasta la noche, mesas por todos los sitios que no puedes pasar pero es que se convierte en ruido.
Pero qué tengo que hacer? Hacer cosas y moverme porque sentada, leyendo o mirando la tele, es que me pongo de los nervios. De verdad, yo no sé cómo la gente lo puede aguantar. Porque es que no te puedes concentrar. En verano, 5 músicos pero con trompeta, saxofón, bombos, digamos, una hora, dos horas es candente, eso es candente, pues así estamos. Eso es lo que no se puede aguantar. Y eso es lo que ha cambiado. Que antes no se consentía la música en la calle.

S: Y en general, ¿qué opinas sobre el turismo?
F: El turismo es bueno. Igual como a mí me gusta ir a ver sitios yo también quiero que vengan. Yo eso lo veo muy bien. A mí el turismo no me molesta. Y cuando me preguntan “dónde está la lonja, dónde está …” a mí me encanta. . Y cuando vienen a visitar cosas es bonito. Valencia se conoce y a mí me encanta. Aquí, hay turismo que viene a ver cosas pero es a las 11 de la noche. Los ves los que pasan al Carmen, a las copas a lo que sea y a las 6 de la mañana dirigidos a casa. Yo eso no lo entiendo como turismo y eso no me gusta.
S: Entiendo. ¿Y ves cambios en el barrio relacionados con el turismo?
F: Pues, el turismo es que, toda la culpa no es del turismo. Es de la manga ancha que les dan porque les permiten muchas cosas y los guías maleducados pero a tope. Porque se paran, se paran y ocupan toda la acera y no dejan pasarte. Y no saben decir que hay que compartir la acera con la gente, porque todos no somos turistas. No quiero generalizar porque te digo, hay gente estupenda, hay gente educada y hay gente que se comporta como se debe comportar.
Además, los restaurantes y todos están centrados en turismo, en turismo y ya no hay otra cosa que turismo y que por el turismo hay que hacer todo. Es que no sé cómo explicarte. Eso es lo que noto.

S: Vale. ¿Y has tenido también experiencias con los apartamentos turísticos?
F: Ah, yo tengo uno en mi casa y no me gusta nada y está denunciado y no es ilegal. No tiene la actividad que tenía pero aún tiene actividad. El señor compró un piso en la última planta, lo reformó todo a su aire y empezó llegar gente, subiendo, bajando. Bajan de arriba cinco personas con maletas. Te paraban y tú no puedes subir. . A parte de que entra gente que no conoces.

S: Vale. Y para acabar, ¿qué cambios te gustaría ver para el barrio?
F: Yo menos cantidad de turistas, lo aceptaría pero muy a gusto porque vienen en masa, eh. Yo pediría educación. Más educación y que se den cuenta de que aquí todo no está permitido y que vivimos gente y que nos gusta que nos respeten y, sobre todo, los guías, que supieran inculcar un poquito. Lo primero ellos. Porque habrá, igual que todo el mundo, de buenos y de no tan buenos. Pero que digan a los turistas unas reglas y unas formas de comportamiento porque a lo mejor la misma masa bien reglada, entre ellos, a lo mejor sería más soportable. Después cuando viene un crucero que se pongan de acuerdo para llevar a cada uno a un sitio, no todos al mismo. Y después, que tengan en cuenta el sector de alrededor del mercado central, las calles no son anchas. Si ellos se ponen, los demás tienen que pasar también. Además, de verdad, que no hay educación.

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Vicente, vecino desde 1977
Noviembre de 2017; en casa de Vicente

“Si se respeta el descanso de los vecinos me parece muy bien..»

Según Vicente, es importante regular el turismo y llevarlo a cabo de manera ordenada. Percibe sobre todo los impactos positivos de la actividad turística como el aumento de tiendas y restaurantes en el barrio de los cuales se podrían beneficiar también los residentes.

Esmorzar popular 
Junio de 2018; en la Plaça de L’om 

“¡Recuperem l’espai públic per al veïnat!»

Vecinas y vecinos, convocados por Veïnat en Perill d’Extinció, se juntaron para desayunar y disfrutar de uno de los espacios públicos del barrio. Aunque la acción fue autorizada por el Ayuntamiento, hubo tensiones entre el grupo y la propietaria del bar que trató de boicotear el acto