El ayuntamiento se está cubriendo de gloria en sus comunicados de prensa cuando repite una y otra vez que defiende la residencialidad del Centro Histórico.
La alcaldesa María José Catalá no parece que se preocupe por la disminución en la oferta de viviendas residenciales en el centro. Es más, promueve la turistificación de manera desmedida.
El Ayuntamiento está permitiendo obras en edificios patrimoniales que las normas urbanísticas y de planeamiento exponen de forma explícita y clara que no se pueden permitir. O sea, que están prohibidas.
Ya avanzamos en mayo de 2023 que el ayuntamiento había concedido una licencia de obra para un hotel en medio de nuestro barrio del Carmen: en Casa Vella. Y lo había concedido contraviniendo la normativa urbanística del planeamiento vigente: el PEP EBIC-06-07.
Llevamos meses denunciando la tramitación de licencias para hoteles… más bien MEGAHOTELES, que destruyen el tejido residencial de nuestros barrios. En Casa Vella, el monumento declarado BRL bien se merece ser restaurado y activado, pero el problema es que se anexiona toda una finca de pisos, de uso residencial plurifamiliar, que reduce la oferta de viviendas para vecinos. Un mazazo para la mejora de la vida de barrio en el Carmen.
El segundo ejemplo es el conjunto de solares en las calles Belluga, Boatella, Exarch, Valeriola y Carda, conocido como Unidad de Ejecución número 4 (UE4). Esta unidad de ejecución se activó y finalmente se aprobó para la construcción de 50 viviendas residenciales plurifamiliares. De hecho, se vendió al promotor SUELO PÚBLICO y ahora el Ayuntamiento de Valencia quiere que se convierta en hotel.
En este caso, como en el de Casa Vella, también se usa la rehabilitación de un monumento BRL como excusa para forzar el cambio de uso de los nuevos edificios a construir en los solares. ¿Estas son los actuaciones que el ayuntamiento dice que defienden la residencialidad de Ciutat Vella? ¡Ni en sueños!
En el acuerdo que tomó el Ayuntamiento de Valencia para conceder la licencia de Casa Vella se leía de forma explícita la ilegalidad del documento: “El proyecto básico presentado el 30/5/2017 para la solicitud de licencia prevé la conexión de los dos edificios. A este respecto debe tenerse en cuenta el art. 3.8 del PEP EBIC08 NO permite la agregación funcional de los edificios incluidos en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano”.
Pero más adelante: “la compatibilidad urbanística se condicionó a que se informara favorablemente por la Comisión Municipal de Patrimonio, dictándose por ésta informe favorable con fecha 14/09/2017, permitiéndose por tanto la conexión de los dos edificios según plantea el proyecto”.
En resumen: el planeamiento prohíbe la conexión de un BRL con edificios anexos, pero si la Comisión de Patrimonio dicta informe favorable, se permite.
Necesitamos saber de qué manera un técnico o un órgano oficial del Ayuntamiento de Valencia puede llegar a interpretar las normas urbanísticas en un sentido completamente opuesto a la lectura base de las mismas, quebrantándolas.
En nuestra reunión con Juan Giner, el concejal de Urbanismo y Actividades, se lo hicimos ver: ya ha ocurrido en Casa Vella, pero no se puede permitir que se vulneren las Normas Urbanísticas que se inspiran el la protección de los valores patrimoniales de los monumentos declarados Bien de Relevancia Local, incluso llegando a astucias y engaños lingüísticos como utilizar expresiones diferentes pero equivalentes para referirse a una “conexión interna” por no utilizar “agregación funcional” que aparece en las Normas Urbanísticas.
Tras conversaciones con sus asesores Carlos Andrés López y Enrique Martí, la conclusión a la que llegamos es que están trabajando en que la Comisión Municipal de Patrimonio emita un informe que “legalice” la intervención… pero está claro que será siempre usando tretas lingüísticas o parafraseando las palabras técnicas para no decir lo que realmente se está haciendo: agregar funcionalmente un edficio catalogado como BRL.
Así que, señores y señoras concejales del Ayuntamiento de Valencia, pongan a trabajar a los técnicos a su servicio para que la creación literaria de sus informes tenga un nivel aceptable de poesía o figuras lingüísticas y así poder autorizar intervenciones que destruyen el patrimonio histórico de los valencianos y el tejido residencial del Centro Histórico.