No es el primero, lamentablemente tampoco será el último. Las paredes de este viejo solar de la calle Alta se han venido abajo por la presión de los árboles que crecen en su interior. Ailantos que a lo largo de los años han tomado carta de naturaleza hasta convertir el interior del solar en un frondoso bosque que, a buen seguro, haría las delicias de cualquier crio.
Hasta los solares se vienen abajo, no solo las casas en ruinas son las que se hunden en Ciutat Vella, es el barrio entero. Los años y años de abandono pasan factura. Pero qué hace el Ayuntamiento? Esa es la pregunta que nos hacemos vecinas y vecinos.
Por lo que sabemos bien poco, y eso que siete años de gobierno de la tan esperada izquierda se supone que deberían dar para mucho. Pues no.
Mientras Sandra Gomez da conferencias entusiasmada con las supermanzanas y la ciudad de los 15 minutos, mientras Giuseppe Grezzi predica las bondades de una movilidad sin coches, los solares se hunden, las viviendas no se construyen y las terrazas abusan ampliamente del espacio arrebatado a los coches.
Silenciosamente Ciutat Vella, como este solar, se hunde. Los vecinos son expulsados de sus casas cuando no por descarados desahucios, por el ruido, la suciedad o la violencia.
Ciutat Vella se desangra, recientemente nos hemos enterado de que el estudio de arquitectura Vetges Tu, arraigado en Ciutat Vella prácticamente desde su fundación también ha sido desahuciado, como Le Monde Diplomatique o Casa Americana. Vecinos, comerciantes, profesionales, todos somos lenta silenciosa e inexorablemente sustituidos por apartamentos turísticos y hoteles, por gente que estará permanentemente de paso, que no hará barrio y que solo dará de comer a los cuatro listos de siempre y arruinarán al resto.
Esto es lo que está sembrando este Ayuntamiento, mientras nos cantan milongas sobre proyectos fantasmales.