Queremos un barrio para vivir en él, no un decorado de película para turistas.
Hemos dado testimonio de que las cosas no se están haciendo todo lo bien que se podría. Es necesario poner un poco mas de atención en las personas que viven en el barrio, que lo mantienen vivo.
Facilitar la movilidad a los residentes no aumentaría significativamente el tránsito por el barrio y sí ayudaria a hacerlo mas amable y accesible.
Pero esto, al parecer, no entra en los planes del Ayuntamiento. Aunque todos los informes den cuenta de la excesiva terciarización de Ciutat vella, de la necesidad de aplicar medidas que favorezcan la residencialidad.
La intransigencia, el autoritarismo es la marca de un gobierno que despertó muchas esperanzas y que acabará siendo la puntilla que le faltaba para acabar siendo un escaparate turístico.
Los residentes en las calles colindantes a la zona de tráfico controlado no deben ser excluidos, los centros escolares deben poder gestionar las necesidades logísticas y de accesibilidad igual o mejor que los comercios o los hoteles.
La prioridad residencial debe concretarse en medidas que faciliten la movilidad y la convivencia de los residentes, no sólo la de los turistas.
Claro que es necesario fijar un Área de Prioridad Residencial para contener la presión del tráfico de vehículos sobre Ciutat Vella, un área que a la vez promueva y facilite el arraigo de las familias y la convivencia vecinal.