Megacruceros en Ciutat Vella

 

¿Hay que esperar a 2026?

El anuncio de la alcaldesa sobre los megacruceros es una medida que nos hace ver que el ayuntamiento mueve ficha ante las peticiones vecinales y el clamor social para regular el turismo. Pero tomar medidas desconectadas, medidas sueltas y sin coherencia no será mejorar las condiciones extremas en que nos encontramos en el centro histórico. Hace falta una visión de conjunto, y la alcadesa parece que está pegando bandazos. Está un poco desnortada. Hacen falta medidas serias y no ocurrencias. Necesitamos PLANIFICACIÓN.

Prohibir los megacruceros supone explicar primero qué son. La definición hotelera de megacrucero dice que es aquel barco de más de 3.000 plazas, incluida tripulación. En València hay muchos días que legan varios cruceros con una capacidad de más de 3.000 personas. Pero el problema principal es de saturación: hay que estipular la cantidad de gente que llega. Un megacrucero ya es una barbaridad. Ha habido días que han llegado cruceros que sumaban hasta 14.000 personas. Es una cifra inasumible, que destroza el paisaje urbano y la vida cotidiana. Tiene que escuchar los peticiones vecinales que suelen ser las más razonables y las más solidarias con el conjunto de la sociedad. Si hace caso al empresariado, planteará medidas cosméticas que no supondrán frenar la turistificación y mantendrán los efectos nocivos que el vecindario de los barrios más afectados sufrimos de forma casi diaria:

  • Pérdida de la cotidianeidad.
  • Dificultades para desarrollar la vida diaria como trayectos a pie porque algunas callas y plazas están abarrotados de turistas.
  • Imposibilidad de hacer la compra de forma tranquila porque el mercado lo han conquistado las sandalias con calcetines, etc.
  • Pérdida del comercio de proximidad y las tiendas con los comerciantes de siempre.
  • Saturación de bares, restaurantes italianos y terrazas que dificultan pasear por tus calles y desaparición de los bares de toda la vida, y de la cocina valenciana: ahora todo se pasta italiana, pizza y tacos.

Creemos necesario que el equipo municipal se reúna con los representantes vecinales y ponga veto a esta industria desbocada.


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