El retablo cerámico de la calle Corretgeria por los suelos

Tras el triste desprendimiento ocurrido esta semana del retablo cerámico del siglo XVIII con la representación de Jesús en el templo de Jerusalén, situado en una fachada de la calle Corretgeria, nos preguntamos ¿cómo es posible que se haya llegado a esta situación?

Este conjunto cerámico está recogido en el Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad de València, incluido como BRL, Bien de Relevancia Local, figura contemplada en la Ley de Patrimonio y máximo nivel de protección después de los BIC (Bien de Interés Cultural).

A pesar de todas estas consideraciones, que deberían asegurar por sí mismas la protección y el estado de conservación óptimo de los bienes patrimoniales, las grietas y desperfectos que presentaba el retablo cerámico fueron puestas en conocimiento de la regidoría de cultura del Ajuntament de València por parte de estudiosos y los activistas culturales de GH Patrimonio VLC, sin que el consistorio instase a actuar a tiempo.

Señoras y señores responsables culturales de la ciudad, si esto ocurre con un BRL, ¿qué no ocurrirá con otros bienes que no gozan de ese nivel de protección? ¿Tenemos que confiar siempre en la buena voluntad de los propietarios, sean públicos o privados, para que se valore y se proteja nuestro patrimonio cultural? ¿No hemos aprendido nada de los estragos que han causado en nuestro patrimonio las declaraciones “responsables”?

No basta con hacer una lista de los elementos con valor cultural de la ciudad. Se ha de hacer un seguimiento del estado de los bienes, inspecciones habituales y por técnicos competentes. Se ha de exigir su buen estado de conservación y colaborar para que este se consiga.

Ustedes se escudan en la falta de personal y de presupuesto, pero si se dan cuenta no están cumpliendo ni siquiera con los mínimos. No tenían que restaurarlo, ni ejecutar obras para consolidarlo, ni ninguna otra acción que supusiera un aumento de gasto o de personal. Sólo tenían que hacer cumplir la Ley de Patrimonio y velar por un bien recogido en el Catálogo de Bienes Protegidos del Ajuntament de València. Trabajo básico si es que se tiene un plan de actuación que vaya a lo importante y efectivo.

 El retablo ha acabado desprendiéndose. Hagan lo posible para que no se convierta en un símbolo de su política relacionada con el patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Conviertan a sus críticos en sus aliados, impliquen a la policía local y a la policía de patrimonio, a las asociaciones culturales, a las vecinales, a toda la ciudadanía. Preocúpense realmente por el patrimonio y actúen para protegerlo, de verdad.

Con eso nos basta.

 


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